¡Hola a todas!
Hoy voy a hablaros de los cabellos platino, ya que como sabéis me he cambiado el color del pelo a rubio platino. Un cambio muy radical, ¡pero que me encanta!
Lo primero que tenéis que tener en cuenta es que debes tener el tono de piel y color de pelo adecuado.
El tono ideal de la piel sería el más blanquito tirando a rosado (una persona de piel morena y cabello rubio platino... ¡uff!).
Lo ideal sería que el pelo fuese de color castaño natural o rubio.
Las pelirrojas como yo tenemos la desventaja de necesitar más arrastres de color y que este proceso suele castigar más el pelo.
Las que tengáis el pelo negro es mejor que os olvidéis. Y las de pelo cobre deberéis tener mucha paciencia.
El rubio platino no se puede hacer en casa porque necesita de un experto que sepa cómo es tu pelo, cuánto aguantará y así utilizar la mejor técnica y no destrozarlo.
Esto significa que un buen peluquero no debería utilizar decoloración con oxigenada de cuarenta volúmenes porque irás más rápido pero no se consigue el tono deseado. Lo ideal es empezar con una graduación menor e ir aumentándola y que el proceso dure dos o tres semanas.
Una vez conseguido el color platino deseado, debéis lavar el pelo con champú "silver" para ir quitando los restos verdosos del amarillo e ir aclarando hacia el beix-blanco paulatinamente.
¿Cómo cuidarlo?
Si tienes el pelo fino y quebradizo, durante las dos primeras semanas lávalo lo menos posible, no lo seques y aplica una mascarilla muy hidratante sin aclarar.
Tened en cuenta que este pelo exige más cuidados que uno sin este tratamiento. Así que deberéis cuidarlo mucho para que esté bonito.
Este es mi pelo ahora mismo; casi casi terminado...
¿Os gusta? ¡Hasta el viernes!
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